El cine argentino sigue teniendo buena acogida en el
Festival de San Sebastián. Después de que El amor menos pensado, de Juan Vera,
inaugurara con éxito la Competencia Oficial, este domingo 23 fue el turno para
Rojo, de Benjamín Naishtat, de llevarse los aplausos.
Con Darío Grandinetti, Andrea Frigerio y el chileno
Alfredo Castro en los papeles principales, el director de Historia del miedo
(2014) y El movimiento (2015) cuenta esta vez una historia que describe la
complicidad civil que hubo durante la última dictadura militar, con una
narración que da cuenta del clima de nacionalismo, ignorancia y miedo que
fueron un caldo de cultivo para la instauración del régimen de facto.
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