
Desde la década de 1950, el intelectual habanero comenzó a ganar relevancia. Entró en la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo y en 1955 dirigió el corto El Mégano, considerado el principal antecedente del nuevo cine cubano.
Como director realizó seis filmes de ficción entre los que se cuenta Aventuras de Juan Quinquín (1961) y La inútil muerte de mi socio Manolo (1989). Además, estuvo al frente de siete documentales y más de una veintena de cintas como guionista, entre ellas Lucía,de Humberto Solás y La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez. Fue merecedor de decenas de premios a nivel nacional e iberoamericamo.
Más allá de su obra artística, dentro del ICAIC, Espinosa tuvo una larga y fructífera labor administrativa. Primero como director de Programación Artística, luego como vicepresidente y también como máximo rector del Instituto.

Espinosa dirigió siete filmes de ficción y seis documentales.
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