Robin Campillo, guionista de Laurent Cantet en El empleo del tiempo, Hacia el sur, La clase y Foxfire, debutó como director con una peculiar revisión del temario de los muertos vivientes, Les Revenants (2004), película convertida años después en una excelente serie de televisión. En su segundo film, Eastern Boys(2013), describió la relación entre un joven procedente del Este que se prostituye al llegar a París y un hombre de 50 años que se enamora de él.
En su tercer trabajo, 120 Battements par minute (120 BPM), galardonado en Cannes con el Gran Premio del Jurado, incide en las relaciones homosexuales desde una perspectiva histórica bien determinada: la brutal aparición a principios de los 90 del SIDA, las vidas que sesgó y los esfuerzos de varios colectivos para concienciar a la gente del peligro de aquel virus convertido en plaga. El film es una respuesta afectiva, radical y enérgica a la devastación y la inconsciencia, planteado a 120 pulsaciones por minuto.
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