El
director estadounidense David Robert Mitchell presentó en Cannes su tercera
película. Una historia de misterio adornada de cultura pop californiana con
tintes de cine negro.
Sam,
interpretado por Andrew Garfield, es un hombre de 33 años con aires de
adolescente. Vive en un edificio vetusto al este de Los Ángeles del que está
por ser desalojado, -esto no parece preocuparlo-, y no tiene mucho en qué
ocupar su tiempo. Además de pasar horas espiando a sus vecinos desde su balcón.
Todos los
ingredientes dados para que dedique su tiempo a elucidar el misterio de la
desaparición de su vecina. Se trata de una sensual chica rubia llamada Sarah
(Riley Keough).
Fuente: http://www.france24.com
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