De todos los sueños de juventud, los que no terminan de romperse son los que exigen un silencio culpable, o los que un día nos descubrieron el sabor de la traición, o los que dejan un rastro de amor amargo, o aquellos otros que, de haberse cumplido, llevarían a una realidad mejor de la que nos aloja. La vida, definitivamente, siempre va por su camino y cuesta echar la vista atrás si no es para invocar lo que iba a suceder y no ocurrió. El escritor mexicano Juan Villoro ha tardado nueve años en publicar una novela después de Arrecife. Esta de ahora se titula La tierra de la gran promesa (Literatura Random House) y está hecha de capas, de capas que algunas también fueron sueños. Fuente: elmundo.es
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