'Hermana
muerte' fue la encargada de inaugurar el jueves con todos los honores el
Festival de Sitges. Es película, decíamos, y es rito; es terror y es
eucaristía; es puro placer para amantes del miedo y, llegado el caso, puede que
entre en la categoría de pecado. No necesariamente mortal, pero pecado al fin y
al cabo. Amén.
"Quería",
se explica el director con gesto condescendiente y apasionado, "hacer una
película de fantasmas más vinculada a Jack Clayton o a la productora Hammer.
Fuente:
https://www.elmundo.es/
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