Las películas biográficas, las famosas biopics, pueden ser tan fascinantes como espinosas. Por un lado, pueden acercar al público a las vidas de sus protagonistas, personajes históricos o muy conocidos. Por el otro, optar por cualquier licencia creativa es una apuesta arriesgada que puede sentar bien o no con el público conocedor, sobre todo cuando se trata de una leyenda musical tan querida como Céline Dion.
Para hacer Aline: la voz del amor –que llegó a plataformas de streaming este 1 de junio–, la directora, coguionista y protagonista Valérie Lemercier aclara que tomó una saludable y necesaria distancia del ícono quebequés por una sencilla razón: el respeto. “Para el rodaje en Quebec, quise rodar en cualquier otro lado que no fuera Charlemagne, su pueblo natal”.
Fuente: https://www.filmelier.com/
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