San
Sebastián (EFE).- “Dispararon al pianista”, segundo viaje a la animación de Fernando
Trueba y Javier Mariscal tras “Chico y Rita” hace trece años, es una
declaración de amor de ambos artistas a la música de jazz y al cine en el
momento en que, se cambió “el mundo con corbata” por otra manera de contar y de
cantar.
“Se
dice que la bosa nova y la nouvelle vague cambiaron la historia de la música y
el cine y esa sensación es la que queda en la película”, explica el cineasta en
una rueda de prensa en el Festival de Cine de San Sebastián donde hoy se
proyectó fuera de concurso “Dispararon al pianista”
Ese
momento de transición entre el mundo antiguo y el que se viene, tanto en cine
como en la música, atrae irremediablemente al director madrileño quien, no
obstante, insiste en que “no hay ruptura, siempre es renovación”.
En
la película, señala, “se habla mucho de historia, de política, de memoria y de
un personaje en particular, y casi sin haberlo buscado, ahí está el cine, ahí
por debajo”.
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